Pie Crust Designs: Cómo decorar una "tarta americana"

Cuando se trata de decorar una tarta americana o pie, las opciones son muchas, aunque hay algunos diseños clásicos que seguro veréis en muchas recetas. Según el tipo de tarta hay también diseños específicos; por ejemplo, una pumpkin pie no lleva cobertura de masa sino que se deja al descubierto. Pero las tartas que llevan mucho líquido, como la cherry pie, sí suelen cubrirse —además de servir para contener los ingredientes.

Ayer estuve investigando por Internet porque hoy me toca preparar dos tartas para celebrar nuestro Thanksgiving "expat" mañana. Haré dos tartas clásicas de este día: esta y esta. A ver si puedo mejorar mi técnica. Porque si además de buenas son bonitas, mejor que mejor, ¿no?  :)

Una manera bastante sencilla de "tunear" una tarta es hacer pequeñas decoraciones de hojas, estrellas u otros motivos y ponerlas por los bordes o por encima de una cubierta. Se pueden hacer a mano, o más fácilmente si tenemos cortadores (como estos).




Esta página explica muy bien las diferentes técnicas. Los bordes pueden arreglarse de muchas maneras sin necesidad de tener herramientas especiales. Simplemente con los dedos, unas tijeras o un tenedor podemos hacer decoraciones de lo más vistosas.


La técnica de la segunda foto de abajo la utilizo mucho como "decoración básica" de cualquier tarta, o incluso para quiches. Queda muy bien y se hace muy rápido.


Para hacer un trenzado en el borde primero cortamos tiras de masa y las trenzamos, y luego las ponemos sobre el borde. Así es más fácil. ;)  Para hacer una cobertura de masa podemos utilizar todo tipo de trucos (como la boquilla de una manga pastelera) para hacer huecos en la masa. Una cobertura en "celosía" es algo más compleja y requiere práctica, pero es perfecta para las tartas de fruta. 




¡Feliz fin de semana!

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Thanksgiving Turkey
(Pavo asado al estilo de Thanksgiving)

{vía}
La cena de Thanksgiving ("Acción de Gracias") es toda una tradición en los hogares estadounidenses... una tradición que no necesariamente se pierde por estar fuera del país. Es la celebración familiar más importante del año (más que Navidades), así que en mi casa —ahora en España— la seguimos celebrando. 

La "estrella" de la cena es el pavo, como ya os expliqué aquí (salvando restricciones dietarias). Pero asar un pavo no es fácil. Por el tamaño necesita mucho tiempo de cocción, y además ciertas partes (las pechugas, para ser exactos) pueden salir bastante secas si no se tienen en cuenta algunos truquitos. Y para eso estamos aquí. Hoy os enseño la receta especial que hace mi marido todos los años. "Especial" porque siempre le sale riquísimo el pavo.  ;)


Primer paso: (se puede hacer el día anterior) Preparar el rub, o mezcla de especias para untar el pavo

Ingredientes
4 dientes de ajo pelados
1/4 de taza de mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharadas de chalota picada
1 cucharada de romero fresco troceado
1 sobrecito de mezcla de especias para carne
2 cucharaditas de pimienta negra recién molida
sal

==> Mezclar bien todos los ingredientes hasta que se forme una pasta y refrigerar.


Segundo paso: ¡El pavo!

Ingredientes
1 pavo de unos 5 kg enjuagado, secado (por dentro y por fuera)... y sin vísceras ni cuello  :P
ramas de romero
2 cucharadas de aceite de oliva
2 tazas de caldo
zanahorias, cebolla y perejil

• Cálculo de tiempo: si queremos comer a las 15h, hay que meterlo en el horno a las 11–11:30h.

==> Poner la bandeja del horno en la posición más baja y precalentar a 165 °C.
==> Salpimentar la cavidad del pavo.
==> Tomar 2 cucharadas del rub: comenzando por el cuello, meter la mano con la mezcla entre la piel y la carne de las pechugas y sobre los muslos y pierna para que se suelte la piel. Vamos, hay que darle un buen masaje por debajo y por encima de la piel con la mezcla de mantequilla y especias (este es el truco principal para que no se seque la carne al asarlo). Seguir con el resto del rub sobre los muslos/pierna y por debajo de la piel que hay sobre las pechugas. 
==> NOTA: El relleno del pavo (opcional) es mejor hacerlo aparte porque si lo metes dentro del pavo la carne alrededor no se cuece bien.
==> Atar los muslos fuertemente para que se sujeten en el sitio. Meter las alas por debajo (para que no se quemen). Tapar los extremos de las patas con aluminio.



==> Meter el pavo en un recipiente hondo para el horno. Untar de aceite por todas partes. Salpimentar. Echar el caldo en la bandeja. Poner el romero dentro de la cavidad del pavo y las verduras peladas alrededor.
==> Asar el pavo unas 3 horas: las 2 primeras horas cubierto con una capa doble de aluminio untado de mantequilla y el resto, descubierto. {Son unos 35–40 minutos de cocción por kg de pavo}
























==> Sacar del horno e inclinar el recipiente para que salga el jugo del pavo. Pasar el pavo a un plato de servir. Cubrir con aluminio. Dejar reposar al menos 30 minutos (la temperatura aumenta y el pavo sigue cociéndose).


Tercer paso: La salsa (gravy)

1/4 de taza de chalota picada
1/4 de taza de harina
2 tazas de caldo del pavo asado
2 cucharadas de grasa del pavo
1 taza de vino blanco
1 cucharadita de romero fresco, troceado
1 cucharadita de salvia fresca, troceada

==> Medir 2 tazas de caldo del recipiente donde hemos asado el pavo. Desengrasar y reservar 2 cucharadas.
==> Calentar las 2 cucharadas de grasa en un cazo a fuego medio-fuerte. Saltear las chalotas 1 minuto. Reducir el fuego a medio. Añadir harina y batir con varillas hasta que se dore, unos 4 minutos. Echar y batir las 2 tazas de caldo y el vino. Llevar a ebullición, batiendo continuamente. Cocer hasta alcanzar la consistencia deseada, unos 5 minutos. Mezclar el romero y la salvia y salpimentar al gusto.




Cuarto paso: Cómo trinchar el pavo

==> Para trinchar bien el pavo hace falta, cómo no, un buen cuchillo.
==> Empezar con la carne de los muslos: separar las patas con el cuchillo cortando por la articulación del muslo. Separar la pierna del muslo. Quitar el hueso del muslo.
==> Sacar o cortar las alas. Separar la parte superior del ala.
==> Pechugas: sacar o cortar la carne del hueso y filetear en sentido contrario al músculo.
==> Extraer el wishbone o hueso de los deseos.  ;)


{vía}


Happy Thanksgiving!  :)


Inspiración: Otoño en Mount Rainier, Washington

Cuando fuimos al Parque Nacional del Monte Rainier, en Washington, no salió el día ideal para hacer muchas excursiones. Además, como dicen los lugareños, las mejores vistas del monte Rainier (4392 m) se ven desde la distancia, incluso a muchos kilómetros en la ciudad de Seattle. Este gran pico cubierto de glaciares todo el año es todo un "icono" en el estado de Washington. A pesar de no haberlo visto bien de cerca (tan solo unos segundos cuando se despejó la neblina para volver a cubrirse de inmediato), la niebla y la lluvia ligera le dan un encanto especial a esa montaña que se esconde y a esos paisajes de abetos y lagos. El paisaje era mágico y otoñal... un lugar perfecto a solo 2 horas de Seattle.









No hay que dejar de visitar el Paradise Inn —con un buen restaurante y tienda de regalos :)




{Visitor Center}

Mount Rainier visto desde Seattle



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Banana Nut Muffins
(Magdalenas de plátano y nueces)

¡Buenos días "invernales"! Ahora sí apetece encender el horno y hacer unas magdalenitas como las que os traigo hoy, ¿no? Si tenéis plátanos maduros que ya no están para hincarles el diente, lo mejor es usarlos para una receta dulce en la que hace falta que estén lo más maduros posibles (y por tanto, más dulces). Estos banana nut muffins también se pueden hacer en forma de bizcocho, pero habrá que aumentar el tiempo de cocción al doble. De cualquier manera, están riquísimos para un desayuno o una merienda, solos o mejor con una café/leche/té.  :)


Un cortado en Nueva York
—o cómo el cortado se volvió "trendy"

En España, un cortado es tan omnipresente como la tortilla de patatas o el jamón. Es un café que se encuentra en cualquier bar, en cualquier ciudad o pueblo. Es lo que es: un espresso con una pequeña cantidad de leche caliente servido normalmente en un vasito de cristal. Nada del otro mundo. Sin demasiada espuma ni decoraciones artísticas en la superficie... hasta que se hizo trendy y cruzó nuestras fronteras. En las ciudades de Estados Unidos (y en otras ciudades cafeteras) se ha convertido en el nuevo café de moda. Los cortados se han vuelto tan populares en ciudades como Nueva York, que hasta tienen su propio hashtag#dailycortado.

Pero un cortado en Nueva York se parece poco a un cortado en España. En Nueva York los preparan baristas en cafés artesanales y especializados en los que se cuida mucho la procedencia del café y las máquinas... y el interiorismo, porque estos cafés son un fenómeno nuevo. Un cortado cool suele tener un dedo (o dos) de espuma y su superficie está decorada con alguna filigrana, al estilo de los capuccinos (el café trendy de los 90).

{vía Alice Gao}

Es verdad que en España no siempre se encuentran buenos cortados, si no que se lo pregunten a este neoyorquino que trabaja en Bon Appétit y fue en su búsqueda a la madre patria. Pero me parece que es —en parte— una cuestión de cantidad. Nuestro humilde cortado es tan "normal y corriente" que no se le presta mucha atención. Es el café que se pide como excusa para hablar con alguien o tomarse un descanso durante el día. Pero no por ello debemos dejar de disfrutar de un buen café, ¿no os parece? ;)

{vía A Guy Named Patrick}
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Una casa rural reconvertida en Pensilvania

Esta casa rural de finales del XIX en el este de Pensilvania fue creciendo a partir de una humilde cabaña de cazadores. De ahí pasó a ser casa de granjeros (uno de los 14 edificios de la granja) y a convertirse en esta imponente casa de más de 1000 metros cuadrados. Se han mantenido materiales originales y dejado a la vista la madera y piedra que conservan el carácter rural del edificio, a la vez que se han añadido estructuras de metal y vidrio para aportarle un aspecto contemporáneo. Una combinación espectacular, ¿no os parece?









{fotos vía Custom Home}

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Vegan Maple Pumpkin Donuts
(donuts veganos con calabaza y sirope de arce)

La receta de hoy no podía ser más apropiada para esta temporada. Octubre y noviembre son los meses de la calabaza —en los que el mundo 2.0 se llena de fotos de recetas y bebidas con este ingrediente ;). Ya había estrenado mi bandeja para hornear donuts con esta receta, pero me apetecía encontrar otra versión calabacera (¡y en forma de donuts!) de estas magdalenas que hice hace algún tiempo. Además de rica, la receta de hoy no contiene lácteos. Si no le ponéis el glaseado tampoco tendrá azúcar, ya que la masa está endulzada con sirope de arce.








¡Feliz fin de semana!

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Comiendo voy... desde Seattle a San Diego

En el viaje de 4+ semanas que hicimos desde Seattle a San Diego (y que os conté aquí), no faltaron las experiencias gastronómicas. Bueno, ya me conocéis un poco —y si no, solo hace falta "darse una vuelta" por el blog o mi cuenta de Instagram. ;) La única condición que teníamos era no comer NADA de comida europea ni mediterránea (que de eso ya tenemos bastante por aquí) y centrarnos en la comida americana y asiática, ya que la costa oeste tiene comida japonesa, china, vietnamita y demás muy, muy rica por su conexión histórica y geográfica con Asia. En fin, nos pusimos manos a la obra y rumbo al sur de California, eso sí, con calma y mucho camping de por medio. No os voy a enseñar las humildes comidas que hicimos mientras estábamos de acampada (ni los muchos s'mores que comimos de postre), sino una selección de mis comidas favoritas on the road. ¿Empezamos?


**Seattle**

Nada más aterrizar, después de un vuelo de 11 horas y con el cuerpo que no sabía ni dónde estaba, teníamos antojo de una buena sopa calentita, así que fuimos directos a tomar un buen cuenco de pho vietnamita. Vamos, el equivalente vietnamita a una buena sopa de fideos. Reconstituyente y reconfortante y, claro, con su toque picante.


En Seattle nos centramos en la comida asiática porque es de los mejores sitios donde probarla. Cuánto echaba de menos algo tan simple como el bok choy o col china, así que en cuanto la vi en el menú de este restaurante chino, tuve que pedirla. No pudo faltar también el clásico Kung Pao Chicken.



Tampoco faltaron cenas fantásticas en casa, por ejemplo este King Salmon cocinado sobre una plancha de madera (de aliso) a la barbacoa. Un menú que no podía ser más típico del Pacific Northwest, porque el salmón es central en la cocina del Pacífico. El corn on the cob estaba también espectacular, todo hay que decirlo. ¡Gracias, cuñado!



No faltó la visita a un buen restaurante clásico americano en el centro, CJ's, en el que me zampé un rico Patty Melt (hamburguesa con queso y cebolla entre cortadas de pan a la plancha). Tan rico estaba que no me dio tiempo a hacerle foto. ;)  Sí hice foto a este Swedish Pancake, finito y delicioso. 



**Portland**

Portland resultó ser todo un descubrimiento en cuanto a opciones culinarias. Con su aire casual-cool y su revolución gastronómica, no faltaron sitios donde comer bien. ¡Nos hubiera gustado estar más días para poder probar otros! 
Una de las cosas "muy de Portland" es la cerveza. En cada esquina hay una brewery donde probar ricas variedades de cerveza, y es tanta la pasión cervecera, que la gente la hace en sus propias casas. Esta tabla de degustación es de Burnside, que también sirve comida excelente.


Otro de los sitios recomendables es Lardo, un pequeño establecimiento de sándwiches en el que el cerdo triunfa. Las de abajo son Dirty Fries (con trozos de cerdo no identificados). El sándwich es el rico Smoked Coppa Cubano (jamón, provolone...).



¿Quién iba a decir que el tradicional plato casero de mac & cheese es un plato estrella en la gastronomía de Portland? Pues parece que sí. Y uno de los mejores sitios (o el mejor, según algunos) para probarlo es Le Bistro Montage. Además, las sobras te las envuelven en forma de escultura de aluminio, todo un detalle. Los cócteles y oyster shooters no están nada mal tampoco.



Y un clásico de Portland que no podíamos irnos sin visitar es Voodoo Doughnut. Una locura de donuts de todo tipo: con Froot Loops, con Oreos, Cocoa Puffs... y el famoso donut con bacon y sirope de arce. Potente, pero demasiado para mí. A pesar de la cara de asco que puse cuando lo vi, mi favorito acabó siendo el de Oreos y crema de cacahuete, barroco pero delicioso.




**Crater Lake y Redwood Country**

Tras dejar Portland comenzamos nuestro verdadero road trip y turismo de acampada, lo que equivale a muchos diners, restaurantes de montaña... y comida de lata fácil de preparar cuando haces camping. La primera noche en Crater Lake fue muy fría (como podéis ver aquí). Por ello, no hubo más remedio que darse desayunos reconstituyentes como este, mejor incluso junto a una buena chimenea. Nuestra prioridad era comer porque como se puede apreciar las fotos son de móvil.  ;)


Otro rico desayuno fue el de este descubrimiento en la zona de Redwoods, el Woodrose Café. Excelentes los Eggs Benedict y el Buckwheat Pancake que se asoma en la foto.



**San Francisco**

En San Francisco se come muy bien, y la comida asiática es en general excelente. Una de las zonas que hay que visitar es Chinatown, el barrio chino más antiguo de Norteamérica y la comunidad china más grande fuera de Asia. Recomendado el Great Eastern Restaurant, un buen sitio para ir a tomar dim sum, aunque la carta es también recomendable.



**Monterey y Big Sur**

Bajando por la costa desde San Francisco se llega a la zona de Monterey (donde se puede visitar el famoso acuario). Unos amigos nos habían recomendado el genial Black Bear Diner, una cadena local muy divertida decorada toda ella de osos negros. La Big Bear Burger no decepcionó.


En Big Sur celebramos un día especial en el famoso Nepenthe, donde ya habíamos estado y en el que queríamos disfrutar de las vistas al atardecer, pero también descubrimos lugares como el Big Sur Bakery (buenos y sanos sándwiches, además de café y bollería).



Pero sin duda mi descubrimiento favorito fue el impronunciable Deetjen's (Big Sur Inn). Se merece una entrada aparte porque el lugar es precioso. La comida orgánica y preparada con esmero estaba perfecta. ¡Nos quedamos con ganas de volver! Recomendado el desayuno.




**San Luis Obispo y Santa Bárbara**

Entrando ya en la Central Coast de California (y dejando atrás nuestra aventura de acampada) llegamos a la locura que es el Madonna Inn en San Luis Obispo. Nada tiene que ver con la cantante, pero si echáis un vistazo a su página web veréis por a qué me refiero. Es un hotel de lo más kitsch en el que cada habitación tiene una temática diferente. No nos alojamos allí sino en Santa Bárbara, pero sí tomamos un Root Beer Float (root beer con helado de vainilla) y un batido de chocolate (en la foto) para marcar la ocasión.  ;)


En Santa Bárbara, mi comida preferida fue en este restaurante mexicano apartado de la zona turística, Los Agaves. Deliciosa comida a buen precio y una selección de salsas y condimentos excelente. Pedimos tacos al pastor y tacos de pescado (en primera plana).



**Los Ángeles**

Los Ángeles es una de mis ciudades favoritas de EE. UU. en cuanto a opciones donde comer. Me gustan sobre todo la cultura tan extendida de los food trucks y la muy buena comida mexicana y asiática que ofrece. Pero como solo vamos a la segunda patria una vez al año, hay que aprovechar y disfrutar de la gastronomía clásica americana en todo su esplendor...

Como estos super panqueques de coco y chocolate de uno de nuestros favoritos, The Griddle Café, que ya os enseñé aquí.


Y como siempre estamos buscando la hamburguesa perfecta, probamos por fin el popular Umami Burger. Más que recomendable su Truffle Burger. Los pepinillos fritos tampoco estaban mal, más una curiosidad que otra cosa.



Uno de las zonas nuevas que visitamos en Los Ángeles fue Little Tokyo, que realmente es muy little. Son solo unas tres calles, pero se pueden encontrara buenas pastelerías y restaurantes japoneses. En el Japanese Village Plaza hay además tiendas de "artilugios" japoneses y un supermercado japonés genial. Estos pastelitos típicos son de Fugetsu-Do.


En Marugame Monzo comimos los mejores udon que he probado (hechos a mano en el mismo restaurante). Estaban im-pre-sio-nan-tes... tanto que hice unas fotos rápidas con el iPod y me olvidé de la cámara.  :)



**San Diego**

En nuestro destino final, como no podía ser de otra manera, comimos la especialidad de la ciudad hasta hartarnos: fish tacos. Pero además descubrimos algunos buenos sitios nuevos, como The Blind Burro —muy buena comida mexicana de Baja California y ricas margaritas— o un excelente lugar para desayunar, Snooze. Totalmente recomendado TODO, como la interesante versión de mis queridos eggs benedict, con ruibarbo. El megaburrito y el carrot cake pancake no estaban nada mal tampoco.




Sin duda dimos un buen repaso a la gastronomía lugareña y, aunque solo enseño una selección de lo mejor, hay que decir que no hubo grandes decepciones.

¡Espero que no os haya entrado demasiado hambre!  ;)

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