Esta casa rural de finales del
XIX en el este de
Pensilvania fue creciendo a partir de una humilde cabaña de cazadores. De ahí pasó a ser casa de granjeros (uno de los 14 edificios de la granja) y a convertirse en esta imponente casa de más de 1000 metros cuadrados. Se han mantenido
materiales originales y dejado a la vista la
madera y piedra que conservan el carácter
rural del edificio, a la vez que se han añadido estructuras de
metal y vidrio para aportarle un aspecto
contemporáneo. Una combinación espectacular, ¿no os parece?
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