Hoy salgo hacia
Viena. Estaré allí algo más de un mes, por lo tanto os iré enseñando en el blog sitios que vaya descubriendo y, cómo no, la
repostería tan rica de la zona (por algo a la bollería francesa se le llama
viennoiserie). Y es que la
bollería francesa proviene de Viena, o más bien surgió gracias a la introducción en Francia de estos dulces por un austríaco, el
Sr. August Zang. Tendré que hacer un estudio comparativo, minucioso y exhaustivo de la repostería franco-austríaca. ;-)
Bis später!
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Qué bien, qué suerte. A mí me gusta mucho Viena (a pesar de los vieneses, que todo hay que decirlo). He ido muchas veces y, hasta en cierta ocasión estuve a punto de dejar Bruselas e irme a vivir allá por asuntos de trabajo, claro. Tiene museos fabulosos, magníficos restaurantes, calles que conservan algo del misterio de antaño, excelentes tiendas de antigüedades y buena repostería (siempre hay cola en la tienda del Hotel Sacher para comprar tartas), pero... entre nosotros... prefiero la repostería francesa.
ResponderEliminarSaludos. Que lo pasases bien.
Hacía muchos años que no venía por aquí. Apenas conozco la ciudad, así que esta es una buena oportunidad. A ver qué sitios descubro... Lo de la repostería intuyo que yo también preferiré la francesa, pero hace falta primero hacer una investigación a fondo. ;)
EliminarSaludos.
Viena, la ciudad que evoca cuentos de princesas. Me trae muchos recuerdos y estaré encantada de seguirte.
ResponderEliminarPor cierto, sé que te ha tocado un premio. Enhorabuena.
Gracias, Trimbolera. Estamos muy contentos por el premio porque así seguro que volvemos pronto al Valle de Tena. Un beso
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