El
Café Central es uno de esos lugares famosos de
Viena, punto de encuentro de figuras que ahora forman parte de la historia de la ciudad y de la historia que todos hemos estudiado. El café abrió en
1876 y fue a finales del siglo XIX cuando se convirtió en
lugar de reunión de personajes literarios y de la política vienesa. El cliente más asiduo era el poeta
Peter Altenberg (que ahora tiene una estatua junto a una mesa a la entrada). Pero al Café Central acudían clientes tan variopintos como
Sigmund Freud,
León Trotski o
Adolf Hitler.
El café está situado dentro del precioso
Palacio Ferstel, aunque, como muchos edificios de la ciudad, fue dañado durante la
Segunda Guerra Mundial y no abrió de nuevo hasta 1975.
El País publicó un
artículo muy interesante sobre los
cafés vieneses, que podéis leer
aquí, en el que aprendí que han sido reconocidos como
patrimonio de la humanidad por la UNESCO por su papel como centros sociales y de actividad intelectual. Además, el artículo desvela otros datos curiosos, como la razón por la que sirven también platos de
comida (por la gran subida de las tasas del café en el s. XIX, con la que los cafés tuvieron que buscar otras fuentes de ingresos) o la idea de ofrecer periódicos a los clientes que surgió en 1720.
Ya os hablé de la gran
variedad de cafés que se ofrecen
en este post. Muchísimos, y se hace difícil elegir. Pero si no os gusta el café, no dejéis de ir, porque un buen postre vienés tampoco está nada mal. Si el dulce tampoco os va, pues gracias a Napoleón y la subida del precio del café también podéis pedir un plato para comer o cenar (incluso tienen
"menú del día" por menos de 10€).
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{Esos techos tan impresionantes} |
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{Café Amadeus, con licor Mozart y nata} |
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{Apfelstrudel, strudel de manzana} |
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{El emperador y la emperatriz —Franz Josef y Elisabeth— presiden la sala.} |
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{Detalle de los pastelitos Klimt} |
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{El pianista estaba en su "coffee break".} |
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{He ahí los periódicos.} |
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¿Las fotos son tuyas? Son muy buenas.
ResponderEliminarPuedes probar tambien el Schwartzenberg Café, enfrente del monumento al soldado ruso, en el Ring. Su especialidad son los helados y a veces hay un pianista (la última vez que fui era una japonesa)
Sí, todas las fotos son mías, me alegra que te gusten. :) Gracias por la recomendación, espero poder ir a este y unos cuantos cafés más antes de volver a Valencia.
EliminarMe imagino que ya nos habrás enviado una fiambrera (eso que ahora llaman táper) y un termo con esa "tentaciones".
ResponderEliminar:))) También estoy "cogiendo inspiración" para cocinar cosas dulces cuando vuelva a mi cocina.
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