El proyecto Macaron II

Si leísteis el primer post del Proyecto Macaron, sabréis que llevo algún tiempo intentando encontrar la mejor receta de macarons, o al menos una que haya podido comprobar que funciona siempre. Pues bien, puedo decir que por fin la he encontrado. :)

Una de mis últimas hornadas,
con ganache de chocolate blanco

En el post anterior podéis ver varios consejos (y advertencias) generales para poder hacer macarons sin problemas. En este reviso esos consejos anteriores y añado algunos consejos clave que me han ayudado a mejorar la receta. Tras mucho buscar por Internet, di con un blog llamado BraveTart que, con mucho sentido del humor, desmitifica el macaron. {Tengo que decir que la receta que ella da no me gustó por tener mucha más proporción de azúcar que otras y poca almendra, y saber más a merengue a secas que a macaron.}

Tras mis "investigaciones macaroneras" he sacado esto en claro:
• NO hace falta tostar la almendra antes de tamizarla con el azúcar.
• NO hace falta envejecer las claras, lo importante es que estén a temperatura ambiente.
• NO hace falta dejar reposar los macarons una hora antes de hornear. Si no tenéis tiempo o la humedad en vuestra cocina es un poco alta, es mejor meterlos en el horno a temperatura muy baja (unos 50°C). Cuando veis que empieza a secarse la parte de arriba, subís la temperatura a 150°C y quedan perfectos.
• La humedad sí es importante (aunque BraveTart dice que "la lluvia no importa", sé que donde ella vive no llegan a la humedad de 80–90% que hay a veces donde yo vivo. La lluvia no importa, pero la humedad relativa sí. Si hace más del 60% de humedad tendremos problemas con la mezcla).
• En vez de añadir el azúcar a las claras, ¿por qué no poner el azúcar y las claras juntas antes de montarlas? Pues sí, esto funciona mejor y no tenemos que preocuparnos de cuándo añadir el azúcar mientras montamos las claras. El merengue sale perfecto.
• El merengue hay que batirlo unos 9 min: unos 3' a velocidad baja y el resto a velocidad alta.
• En la etapa del macaronnage, cuando se añade la mezcla de almendra y azúcar al merengue, hay que remover sin miedo de 35 a 40 veces. Si lo mezclamos menos la mezcla estará poco aireada y pesada.

Espero que os sirvan de ayuda estos consejos y la receta que hay a continuación. :)

Antes de hornear
En el horno
¡Listos para comer! :)

¿Dónde estuvo Chic Soufflé en 2011?

El año pasado, aunque quizá algo menos que años anteriores, estuvo salpicado de viajes de placer o trabajo y estancias en lugares que ya conocía y a los que tengo mucho cariño. Haciendo este repaso me he dado cuenta de que este año, a diferencia de lo que es normal para mí, no tengo todavía ningún plan de viaje cerrado. Eso sí, hay varios destinos que ya me rondan la cabeza por motivos personales o profesionales, y que espero se conviertan en realidad.

El año 2011 empezó así...

enero-febrero

En enero estaba ya preparándome para viajar de vuelta a mi "segundo hogar", la ciudad de Boston. Allí iba a pasar unos meses acompañando a mi marido gracias a la flexibilidad de mi trabajo como freelancer, que me permite trabajar desde cualquier sitio (con conexión a Internet, claro). Aunque viví allí varios años hasta 2009, me hizo mucha ilusión volver a una ciudad que conozco tan bien, regresar a mis sitios favoritos y por supuesto ver a amigos que echaba de menos. A finales de febrero cogí un vuelo hacia Boston en pleno invierno de Nueva Inglaterra, con lo que no tardé mucho en ver nieve fresca (¡algo que echaba de menos viniendo desde Valencia!).

Public Garden cubierto de nieve

Una de las "ventajas" de estar en Boston en febrero fue que pude ver la ceremonia de los Oscars sin tener que trasnochar (una tradición de apuestas y fiestas con amigos que llevamos cumpliendo varios años).

marzo

En marzo, gracias a que tengo familia distribuida por lugares interesantes de Estados Unidos, me fui de viaje al sur de California. Estuve por primera vez en San Diego, que me encantó y a la que pienso regresar, y volví a una de mis ciudades favoritas del país, Los Ángeles.

En San Diego, además de ver a mis geniales cuñados y a mi sobrinito, estuve conociendo la gastronomía cal-mex (comida mexicanoamericana al estilo californiano). También me encantó ver la historia española y mexicana que todavía se conserva en la ciudad, que sin duda es muy hispana, estando a solo unos minutos de la frontera con México.

Edificio en Balboa Park

Fish tacos!

En Los Ángeles lo pasé, como siempre, genial. Aunque no me gusta la "cultura del coche" de esta ciudad, la verdad es que como en mi vida diaria no conduzco mucho, me divierte el espectáculo que es navegar el tráfico de esta ciudad, que por otra parte no se puede ver bien sin un coche. Aparte de (por supuesto) comer muy bien en sitios ya conocidos o nuevos (las hamburguesas y la comida mexicana triunfaron) también tuve la suerte de ir a un par de exposiciones muy interesantes, ambas relacionadas con el mundo del cine hollywoodiense: una exposición del vestuario de Rodarte para Black Swan y otra exposición de vestuario de varias películas nominadas a los Oscar. Fui por primera vez al famoso Cinerama de Hollywood, al que me había quedado con ganas de ir la última vez que pasé por la ciudad.

Los Ángeles en toda su expansión, con smog y todo (visto desde el Museo Getty)

La colorida y horterilla Venice Beach

abril-mayo

El mes de abril lo pasé en Boston, disfrutando de amigos y revisitando lugares de la ciudad. Como es habitual, muchas de mis experiencias favoritas giraron entorno a la gastronomía... la cerveza artesanal de Cambridge Brewing House y su delicioso barley wine (¡y además cocinan bien!), los deliciosos sándwiches chilenos de Chacarero o el copioso dim sum en Chinatown, dulces de todo tipo: bizcochos chinos, sfogliatella italiana, y la excelente hora del té en el Boston Harbor Hotel.

A pesar de que no me fui de Boston hasta finales de abril, me perdí el despliegue de color que es la primavera en Nueva Inglaterra. No pude verla en esta ocasión, pero me quedaba el recuerdo de otros años.

Boston Common en primavera

En mayo estuve en Valencia reorganizando la casa y las cuestiones de trabajo después de los meses pasados fuera, y disfrutando también de exposiciones como esta de pintura de la Belle Époque, fantástica.

junio-julio

En junio me puse a hacer otra vez las maletas para pasar unos días visitando a amigos en Inglaterra. Teníamos la intención de comprar entradas para Wimbledon, ya que justo eran esas fechas y nuestros amigos viven muy cerca de allí. Pero si sois aficionados al tenis sabréis lo difícil que es esta tarea, algo así como que te toque la lotería (¡de hecho parte de las entradas se venden por un sistema de sorteos!). Pero nunca falta qué hacer en Londres, otra ciudad que conozco bien porque estuve un año de Erasmus y a la que me encanta volver. Antes, sin embargo, pasé por primera vez por las ciudades de Bristol y Reading (que como soy tan londrocéntrica no conocía todavía).

Como en cualquier gran ciudad, en Londres siempre se descubren cosas nuevas. En esta ocasión mis dos descubrimientos me chocaron por no haberlos descubierto antes: una pastelería francesa excelente (y muy famosa) en pleno Soho londinense, y el Thames Clipper, uno de los servicios regulares de barcos que navegan por el río Thames y que además de transportarte cómodamente a orillas del río, ofrecen una visión nueva de la ciudad.




agosto

Agosto fue un mes de trabajo para mí, que siempre cojo vacaciones a contracorriente. Estuve bastante ocupada, pero también encontré tiempo para disfrutar de la ciudad, muy calurosa en esta época del año, pero también más tranquila. Descubrí el Bioparc, fui a la playa y, a falta de vacaciones, rememoré algunas de mis vacaciones favoritas, como esta, o algunos destinos a los que me gustaría ir (clic, clic).



septiembre

En septiembre llegó por fin un viaje muy deseado de verdaderas vacaciones: Menorca. Las Baleares son uno de mis archipiélagos preferidos, pero no había estado nunca en Menorca, que está en seria disputa con Formentera para ser mi favorita (no se puede elegir, la verdad). Aprendí mucho sobre los caballos menorquines, una raza autóctona muy importante en la isla y disfruté de la isla al 100%.

Cala Macarella

Menorca interior

En este mes completito, fui también a las regiones vinícolas de Penedès y Anoia. Un viaje que me encantó porque aprendí mucho sobre el vino y sobre todo el cava, degusté muchos buenos caldos y recorrí estas regiones en la época ideal para ver los viñedos en todo su esplendor.



octubre

Octubre fue un mes de planes de última hora. El año anterior había ido al Festival de San Sebastián y este año me había quedado con ganas de ambiente festivalero. Nunca había ido a Sitges y me gusta mucho el cine fantástatico, así que compré entradas para algunas pelis, reservé hotel, ¡y rumbo al Festival de Sitges! La verdad es que fue muy interesante, descubrí pelis difíciles de ver en las salas españolas y seguro que vuelvo.



noviembre-diciembre

Y llegamos ya al final del año, que para mí fue de mucho trabajo y poco viajar. En mi casa son fechas de muchas celebraciones. Pasado Halloween, celebramos Thanksgiving y luego enseguida llegan las Navidades. A pesar de ser unos meses más "caseros" y "locales", aproveché para hacer alguna escapada a lugares cercanos a Valencia, como la Sierra de Gúdar en Teruel, donde además de pasear y comer muy bien recogí piñas y plantas para hacer ramos y decoraciones silvestres para las fiestas.


Espero que el 2012 esté lleno también de sorpresas viajeras y de nuevos destinos donde descubrir y aprender cosas nuevas. :)

Y vosotr@s, ¿tenéis ya planes de viaje para este año?

¡Feliz fin de semana de Reyes!

Los gatos del Jardín Botánico

El Jardín Botánico de Valencia es uno de mis rincones favoritos de la ciudad. Fundado en 1567 como huerto de plantas medicinales para el estudio, el jardín se estableció definitivamente en su lugar actual en 1802. Está situado a orillas del "río" de Valencia (el pulmón de la ciudad), junto al Jardín de las Hespérides y muy próximo a las emblemáticas Torres de Quart. Con más de 4.500 especies diferentes, el jardín es un lugar perfecto para relajarse, disfrutar de árboles centenarios y plantas de cualquier parte del mundo y aprender algo de botánica.


Pero lo que me lleva a escribir este post es la campaña de adopción de gatos del Botánico, una colaboración entre el Jardín Botánico y un grupo independiente de voluntarios llamado Voluntarios Gatos Botánico Valencia, VGBV. Como espacio abierto, el jardín recibe "la visita" de gatos del entorno que han sido abandonados y han creado una colonia numerosa. Los voluntarios del jardín los cuidan y difunden información sobre la comunidad gatuna del Botánico para que puedan ser adoptados. Con esta interesante campaña se les da albergue, medicación y comida, a la vez que se promueve su adopción. Si queréis más información, podéis visitar su página de Facebook.


Como no podía ser de otra manera, en mi última visita el mes pasado tuve la oportunidad de disfrutar, no sólo del precioso jardín, sino también de la colonia gatuna que se paseaba libremente por todo el jardín y elegía los mejores lugares al sol para hacer una siestecita (véanse las fotos a continuación). La tranquilidad del jardín es un lugar ideal para estos gatos, pero no olvidemos que todos necesitan un hogar y están aquí porque ya no tienen uno.