El pastel que os enseño hoy es uno de mis experimentos de cocinar dulces
sin azúcar. Hay muchas maneras de suplir el dulzor, por ejemplo añadiendo más
fruta (sobre todo plátanos, dátiles, manzanas y pasas) y usando algo de
miel.
Como ya tengo
bizcochos de chocolate clásicos que repito, este tenía que ser algo diferente. Para empezar, se hace con
cacao en polvo, aunque le añadí pepitas de chocolate para que la textura y el sabor fueran más interesantes.
El "ingrediente secreto" de este
pastel multiusos es
manzana rallada. Aparte de añadirle sabor dulce, la manzana rallada se combina con la mezcla de harina y hace que quede una textura muy esponjosa. Se le podrían añadir frutos secos, por ejemplo, o si queréis hacerlo más pecaminoso se podría cubrir con cobertura de chocolate, o partirlo y rellenarlo con mermelada... ¡se me ocurren mil ideas para hacer variaciones al gusto! :)