No solo está allí todo el mundo ya muy acostumbrado a este medio de transporte, sino que el diseño de la ciudad se ha actualizado para acomodar a los ciclistas. Ahora cuenta con una red inmensa de carriles bici. En su mayoría están en la calzada, pero protegidos del tráfico, y suele haber uno para cada sentido, con vía rápida a la izquierda para los ciclistas más veloces.
Sí que es verdad que en los últimos diez años se ha incrementado considerablemente el número de usuarios de la bici urbana. Y colectivos como Valencia en bici luchan desde hace mucho por los derechos del ciclista y la adecuación de la ciudad al ciclismo urbano.
Y es que ir al trabajo en bici, o a comprar, o a entregar unos papeles, o cualquier cosa, no solo es ecológico, barato y sano, sino que además es divertido.
Además, no hace falta dejar de lado el estilo personal al subirse a una bici urbana. La bici urbana es cómoda y chic, no hay más que echar un vistazo a los blogs dedicados al ciclismo urbano con estilo, como Copenhagen Cycle Chic (el original), o todos los que han surgido después, entre ellos los de Valencia, Londres o Nueva York.
Esperemos que la bici urbana triunfe y en poco tiempo podamos disfrutarla de verdad como lo hacen en Dinamarca.
La bici humaniza las ciudades.
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