Un loft en Brooklyn

Cuando pensamos en un loft solemos imaginamos espacios abiertos y minimalistas, sin paredes ni puertas y con techos altísimos. Comenzaron a aparecer en Nueva York en los años 50 en zonas como Tribeca o Soho, donde había fábricas y almacenes que quedaron abandonados y se reconvirtieron en viviendas. Pero la moda de los lofts todavía no ha pasado, y sigue habiendo demanda de este estilo de vivienda espaciosa con estética industrial y vanguardista.

Por eso me sorprendió este atípico loft de Brooklyn (situado en el popular barrio de Williamsburg). Los dueños han conseguido convertir este loft de más de 230 metros cuadrados en un espacio acogedor y cálido mediante el uso de estructuras de madera que dividen los espacios de la casa.


La estructura de paredes y techos está hecha con madera de nogal blanco americano de árboles enfermos que debían talarse. Una manera ecológica de reutilizar la madera que además le confiere una textura más vintage.


Detalle de los estantes laterales con pequeñas marcas en la madera.
La mesa del comedor está construida con restos de madera de nogal blanco, roble y bambú.


Para darle mayor calidez al ambiente, se han colocado luces LED en los altos de la estructura de madera, que no llega a alcanzar el techo.



No falta la terracita con vistas a la ciudad y cuyo ventanal da luminosidad y ventilación a todo el loft.


Más información sobre este loft en el artículo de la revista Dwell,
que podéis leer aquí.

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