Aunque en mi vida personal me gusta el minimalismo decorativo (con límites) e intento no acumular demasiados trastos, me encantan las casas que están llenas de
recuerdos de viajes y vivencias, pero presentadas con gusto y orden, claro está. Me gusta la
mezcla de lo nuevo con lo antiguo y el uso decorativo de aquellos
objetos que nos recuerdan a algún viaje, a alguna persona querida o a alguna experiencia vivida. Me parece que hacen las casas más interesantes...
¿Os acordáis de este pisito en el Soho de NY, este en Berlín o este otro en Copenhague?
El piso que os enseño hoy en el centro de
Londres —cerca de Oxford Circus y con terracita— está lleno de
curiosidades y
detalles personales, en algunos casos rozando la "casa-museo", pero sin atosigar. ¿Qué os parece?
•••
No hay comentarios:
Publicar un comentario