La fotografía culinaria de
Nadine Greeff me recuerda a los bodegones flamencos del siglo XVII. Los alimentos aparecen tal cual, iluminados por
luz natural indirecta, envueltos en el
dramatismo del contraste entre
luces y sombras que guían nuestra vista a un punto determinado de la fotografía. La fotógrafa sudafricana juega con estas sombras para añadir
misterio a los elementos fotografiados. Algunos se quedan así, en la penumbra, apartados del punto focal tradicional. Es una fotografía fascinante e intrigante que despierta el interés del espectador, ¿no os parece?
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ResponderEliminarQue binita la de los chordones (frambuesas), a ver si para agosto podemos coger por Lanuza !!
ResponderEliminarBinita no ... BONITA.
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